
18 Jul La psicología en política no es lo de menos
Me pregunto: ¿somos conscientes del poder de nuestra estabilidad emocional para ganar unas elecciones?, ¿conocemos el valor de nuestro impacto en las personas?, ¿realmente queremos ganar o jugamos solo a quererlo?
Mi experiencia de todos estos años dentro de la política, entrenando y acompañando a candidatos y cargos públicos, me lleva a concluir en unos aspectos estratégicos diferenciadores entre el político tradicional (out) y la candidatura política ejecutiva de éxito.
Por un lado, está la resistencia para aceptar la necesidad o presencia de un profesional de la psicología en el equipo, partido o elección. Habitualmente, la resistencia mayor o única viene de esos equipos endogámicos que desean un control absoluto sobre el `number one´. ¡Qué miedo nos da perder ese control que creemos tener sobre el candidato!, al que los equipos creen apoyar desinteresadamente. Hay una creencia establecida acerca de que todo lo que viene de fuera puede generar pérdida de información y control. Realmente los psicólogos en política desarrollan su función un tiempo, sin ideologías ni intereses partidistas; exclusivamente manifiestan como objetivo la estabilidad, el éxito, el soporte y el apoyo para ese gran ser humano que está detrás de todo cargo público. Por ejemplo, eso permite en Estados Unidos – ¡cuánta ventaja nos llevan! – que un asesor trabaje en una campaña para los demócratas y en la siguiente para los republicanos.
Desde la total independencia, se establece una relación de altísima confianza, desarrollo y confidencialidad, que tiene la fecha de caducidad que cada cargo público estime.
El impulso y la ilusión en la persona para reflexionar, dudar o cambiar la perspectiva, preguntas acerca de su equipo, valores y Marca Personal o Marca Política, marcan parte de la esencia. Al final, es un reto constante para el candidato trabajar con un Coach Político, porque de alguna manera se prepara una hoja de ruta que conscientemente se plantea como un objetivo a cubrir.
Un Coach Político, con experiencia en el ámbito directivo o empresarial, aportará diversas visiones, estrategias de éxito traídas de la gestión de la dirección de personas, y ofrecerá acompañamiento en hojas de ruta más centradas en el ámbito puramente generalista y no tanto en el personal exclusivamente.
Todo buen Coach Político debería de conocer el entorno político y las reglas del juego, el campo de entrenamiento y de desarrollo donde las personas del ámbito político viven y sienten diariamente.
Hay tres facetas básicas que la persona que se dedica a la política tiene que poseer en equilibrio; y digo -intencionadamente-, poseer porque significa, desde el punto de vista exclusivamente personal, gestionar con comodidad. Las áreas son: la personal, la profesional o de cargo público y la orgánica. La clave está en acompasar ese baile e ir nutriendo a unas más que a otras en función de la circunstancia, entorno o momentos claves; cualquiera sin las demás no puede sobrevivir. Ahora bien, debemos de ponderarlas correctamente, porque si nos equivocamos podemos perder una elección o, sencillamente, orgánicamente balancearnos y perder la oportunidad del ahora.
Un psicólogo o psicóloga aporta conocimiento estratégico acerca de la gestión de las emociones y fomenta y canaliza el campo de autoanálisis sencillo, para lograr posicionar los valores en el despliegue público personal. Como me gusta decir “tus valores se expandirán y lograrás conectar con las personas, ciudadanía y entornos. Esos valores posicionados provocarán un espacio de identidad en la mente de otros y hará que tu seguridad y motivación de logro se mantengan”.
Esas conversaciones abiertas sobre las dudas, ciertos miedos y desahogos de contraste emocional conectan a través de un análisis abierto en una plataforma libre y sin condicionantes; fuera del ámbito orgánico e incluso personal. Recuerdo una anécdota que siempre tengo de mis inicios; una persona con la que siempre me veía en la cafetería del mismo aeropuerto y nuestras conversaciones siguientes eran habitualmente telefónicas, una unión que se mantiene hoy desde el más absoluto respeto y admiración. Como él me comentaba: “huyo de los compañeros, de partido y conocidos”. Perdidos en un espacio neutral… Lo que yo llamo “sesiones sin rostro”, llenas de libertad.
Todo, absolutamente todo, es estrategia; todo discurso, toda intervención, toda publicación en Redes Sociales… El secreto está en que la interiorización sea tan grande que se convierta en una prolongación pública de la esencia de la persona. El marketing político no es comparable con el trabajo de un psicólogo dentro de la política. El funcionamiento es justo en sentido inverso; el psicólogo va desde el ser a la acción.
Coincidir es un lujo, conectar es otro nivel, y para ello, debemos de sentirnos en equilibrio constante. Dicen que conectar es mágico, ¡atrévete!
Maite F Valderas
Psicóloga – Asesor – Coach Político
Etikpolítica.es @EtikMaite