Mi moción de censura

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Mi moción de censura

Me gusta votar por el ser humano que esta detrás del cargo público, ese que aflora en los desafíos, la versión que nos cuesta controlar, esa que en ocasiones se le resiste, incluso, a los mejores estrategas políticos.

La versión humana es valiosa porque es el mayor regalo que un cargo público -candidato o candidata- nos puede ofrecer. Nuestra moción de censura en España estuvo cargada de ello.

Escuchas y lees que no fue adecuada, que no se correspondía con la situación de nuestro país, o que era como una puesta en escena… Desde el análisis meramente psicológico, debería de ser considerada de inmenso valor. Empujar a los liderazgos a posicionarse y enfrentarse a sus propios miedos, es un ejercicio y entrenamiento de auto liderazgo impagable. De ahí surgen nuevos liderazgos, se desvanecen algunos y cobran fuerza otros.

Luchamos por entrenar a los líderes y portavoces en discursos, técnicas de oratoria, comunicación verbal, asuntos públicos y descuidamos “el ser que prevalece”, ese que aflora cuando menos te lo esperas y te juega “buenas o regulares pasadas”. Fue todo un ejercicio de observación y valoración esta moción de censura. Desde mi punto de vista, se desarrolló un escaparate de acción, que mostró ideas, proyectos, emociones, pensamientos y sentimientos, y me atrevería a decir que hasta “marca política”.

Como esas salidas apasionantes de las carreras de Fórmula 1, esa emoción de la salida y de cómo vamos adelantando y posicionándonos en esas primeras curvas; cómo de estar en la pole, pasas a salirte y abandonar…

Una “moción desfile” de caracteres, identidades y valores. Un avance de temporada de las próximas campañas con efecto en el electorado, en la ciudadanía y en los militantes de diferentes partidos, que desequilibrará la balanza actual.

Una buena estrategia de liderazgo la de Pablo Casado de mantenerse en ese discreto plano de la información hasta su salida en el Congreso, ese valiosísimo discurso, cargado de emotividad, construido con un relato pedagógico y piramidal que lo hacía crecer y conectar por minutos. Ante la sorpresa y desconcierto de un vicepresidente que hizo tambalear su storytelling programado, sustituido por un discurso político de gran valor universitario, sin enganche ni relato emocional.

Intervenciones valiosísimas e interesantísimas para observar a personas, sentimientos y realidades. Un EH Bildu moderado e hilado para su primera intervención y con un relato menos constructivo tras la réplica y emocionalmente más irascible. Siempre entendible desde el cambio de perspectiva, aunque poco aglutinador desde la visión política práctica.

Esa intervención canaria corta y escasa en discurso, “como si te fueras de viaje a maravillosas playas y te limitaras a mostrar la foto del aeropuerto”.

Dudosa para algunos consultores la estrategia de enumerar una por una a las personas asesinadas por ETA, aunque coherente con la estrategia del partido que así lo relató, emulando a una escena de la película `El juicio de los 7 de Chicago´.  Y que mantuvo a todos los diputados con cierta conmoción en el Congreso.

 

 

Moción de censura

 

Muchas idas y venidas, y sorpresas ocasionales por esos grandes vacíos en los escaños. A menudo, las ausencias las relaciono con descortesía; al fin y al cabo nuestra tarea de escuchar se la deberíamos de ofrecer a la gran mayoría de las personas. Aunque puedan ser comprensibles, las ausencias no son justificables.

Un liderazgo de VOX, valiente y coherente. Un equipo preparado con cargos cuya formación y trayectoria son, de alguna manera, deseados por otros partidos; esos partidos ya son conocedores de que no pueden limitarse a desarrollar cargos públicos con personas que lo único que aportan es una trayectoria nacida en sus bases.  Un desafío real para la política española actual.

Una moción con vencedores, aunque no vencidos. Un escenario que me enamora, como la cita de Ortega y Gasset: “La perspectiva es uno de los componentes de la realidad”.

Aspectos más personales que quizás se podrían haber evitado, porque al margen de estilos, valores y actitudes, en ocasiones perdemos porque destronamos a un “rey moral” innecesariamente, generando en la ciudadanía el deseo y la motivación de protegerle y apoyarle.  Somos espejos de nuestras emociones, ¡cuidado! No nos quedemos atrapados en ellas, o en las de otros.

Encuestas tras la moción que cambian realidades, acercamiento al bipartidismo, descenso de Podemos y aumento de Vox; aunque la moción no ha cambiado a un presidente, estoy convencida de que se han creado exitosas hojas de rutas y visiones ganadoras.

Por no decir si, quizás, todo en sí haya sido una estrategia bien diseñada y negociada, porque como decía Celia Villalobos: “En política, hasta los insultos se tienen que negociar”.

 

 

Maite Fernández Valderas.

Psicóloga. Asesor Coach Político

CEO ETIK

@EtikMaite     www.etikpolitica.es



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