
21 Sep Libélulas
¡Me fascinan! Mantienen sus alas extendidas en reposo, tienen una excelente visión: el 80% de su cerebro está destinado a analizar información visual. Acróbatas del aire, son capaces de recorrer grandes distancias, incluso vuelos transoceánicos de 17.000 Km. Simbolizan el poder, la agilidad y, por encima de todo, la victoria. Una vida intensa y públicamente muy corta, no superan semanas de vida en la superficie… Comparable a esas habilidades, certezas e incertidumbres de la vida pública.
Pensamos una y otra vez que la política es exclusivamente buena gestión, que la racionalidad pasa y arrasa por encima de debates emocionales, y que lo que nos importa tiene que ser el resultado. Si ello lo extrapoláramos al ámbito empresarial sabríamos que nos quedaríamos incompletos, porque cerraríamos esas puertas del carisma, ese carisma que hace crecer a empresas, a vestuarios deportivos, a colegios, escuelas de negocios, universidades… Gestión conlleva aplomo que nos distinga y nos haga sentirnos líderes, para hacer sentir preferente a la sociedad que representamos, que es el objetivo de todo líder carismático.
¿Sabías que el sentirse orgulloso de la persona por la que eres dirigido/a ya compone prácticamente la esencia de tu liderazgo? Me gusta tener presente la conexión emocional como valor de marca personal en política. Me entristece cuando la confundimos con una mera aplicación de decálogos de marketing, cuando escuchas en tertulias la interpretación vacía que se hace de la emocionalidad dentro de la política.
Yo me pregunto: ¿Y cómo pensáis que se ganan unas elecciones? ¿Cómo se diferencian los grandes resultados empresariales, unos liderazgos de otros? Evidentemente, por una gestión acompañada de una buena Dirección que ha sabido conectar y seleccionar a un equipo capaz de seguirle para optimizar esos resultados; ha sabido hacerles sentir que cree en cada uno de ellos, que le importa lo que les ocurre y que, en ocasiones, ante determinados temas reconoce y busca en ellos esas respuestas que sólo no lograría encontrar; desde la humildad del reconocimiento de sus puntos de mejora, desde la implicación en cada uno de sus objetivos, sabiendo que su responsabilidad es indelegable.
En política lo resumo en: Relatar Para un Para, exponemos o relatamos argumentaciones sin preguntarnos el para qué le relatamos a la ciudadanía historias, resultados, aspectos del adversario, críticas, objetivos logrados …Y posponemos el para qué, ese “para qué” es el que nos hace llegar a la ciudadanía, “es lo que le da sentido a tu exposición para las personas”. Nuestros logros carecen de poder si no logramos que sean de utilidad para las personas. Ganaremos credibilidad y deseo si desarrollamos una comunicación útil para las personas.
En estos días hemos escuchado declaraciones de cargos públicos con relación a temas como la inmigración y ese logro de recuperar ese fondo presupuestario local, ese ahorro municipal reutilizable. Es un logro canalizado desde la generalidad frente al adversario y a la vez no rentabilizado a nivel de la ciudadanía. Ese ejercicio de darle utilidad personal, local, o regional con hechos al ciudadano o ciudadana es una práctica muy poco habitual…Que, como siempre añado, el primero que la practique adquirirá poder de marca y liderará una marca vencedora.
Los consultores políticos recurren a un argumentario de utilidad para la marca política triunfadora, “al ciudadano le interesa lo que le ocurre a un metro cuadrado de su hogar”.
Desarrolla un discurso que hable desde ahí, hablar desde ti te limitará; hablemos desde el otro, porque nos hará argumentar para él o ella.
Hay liderazgos actuales que nos llevan a valores de identificación, de identidad de esa ciudadanía que representan, con un estilo propio, más cerca de habilidades directivas y empresariales, como es el caso de Alberto Núñez Feijóo, que propiamente argumentarios políticos, en donde nos enredamos más en debates entre políticos y menos en dirigir nuestra nave al interés exclusivamente de la sociedad.
Estas declaraciones semanales acerca de la entrada de inmigrantes en Canarias generan la pregunta de para quién estamos hablando, qué información certera estamos aportándole al ciudadano. ¿Estamos hablando desde los intereses de las personas que conforman esta comunidad?, ¿es útil el argumentario para nuestra reelección?, ¿desde qué lugar estamos hablando?, ¿qué certezas estamos aportando?, ¿para quién estamos resolviendo el conflicto? Esas miradas, esas perspectivas son las que nos ayudan a construir unas declaraciones y un despliegue público significativo.
Necesitamos hacer un análisis de nuestra realidad como líderes: realidad emocional, territorial y orgánica. Analizar las opciones y, a partir de ahí, comunicar. Estoy segura de que los intereses de un Presidente de Gobierno Regional no son los mismos que los de un Presidente Nacional, son realidades diferentes, votantes diferentes, emociones dispares, por lo tanto, focos independientes de identidad.
Publicado en el periódico EL DÍA el 19/09/2020
Psicóloga. Asesor Coach Político
CEO ETIK
@EtikMaite www.etikpolitica.es