
16 Ene Si eres candidato, no caigas en la trampa
Me gusta asesorar para reducir la mimetización endogámica de la candidatura política; esa que, sin control, puede hacerte perder elecciones, por enorme o por inconsistente.
El equilibrio para generar el triunfo del ser humano que entra en política va de tres factores esenciales; personal, profesional (o de cargo público), y orgánico. Desequilibrar alguno de los tres nos llevará a una incoherencia de discurso, generando una estrategia variable que nos provocará una “Hoja de Ruta de despiste” para nuestra ciudadanía.
Nuestros valores e hitos de gestión serán los que nos llevarán a generar impacto e identidad para la gente, para ello es fundamental el establecimiento de una Marca Personal o Marca Política que genere penetración en la ciudadanía; ser recordado y previsibles, eso es Marca.
En los partidos, la endogamia (el rechazo a la incorporación de miembros ajenos al propio grupo) nos lleva a ser elegidos por “características anti ciudadanía” o, por lo menos, mínimamente contrastadas; bien porque son elegidas muy cerca de las elecciones (no tenemos tiempo de ser conocidos, familiares o recordadas), o bien porque los criterios de selección van en función de variables alejadas, en ocasiones, de un beneficio ejecutivo, para redundar en un resultado que se escapa de valor de liderazgo. Normalmente, no solo el candidato o candidata se rige por factores ajenos a su “valor de marca”, sino que la inercia le lleva a generar equipos endogámicos que marcarán la pauta estratégica de campaña; en definitiva, “la endogamia de la endogamia”. Jefes o responsables de la Campaña electoral con objetivos más allá del éxito de su candidatura, para pasar a sentir la victoria como un reto personal que le permita alcanzar un objetivo propio a medio plazo: cargos orgánicos o cargos públicos. El éxito va de reequilibrarnos y de no caer en la trampa que supone no salirse de los criterios de una sola variable; como puede ser la orgánica.
El candidato o la candidata necesita desarrollo, un plan estratégico personal, individual, con soporte y apoyo que le permita seguir un crecimiento regular y coherente para obtener unos objetivos de éxito. El valor de la persona va a estar posicionado por encima de las siglas; lo contrario es engañarnos y destinar energías sin un resultado potente. En ocasiones, pensamos constantemente en el poder brutal de las siglas políticas y tenemos casos actuales que nos demuestran que el trabajo, tiempo e inversión dedicado a la persona, a su liderazgo, puede generar la estabilidad y continuidad en el poder; así como arrastrar las alcaldías de municipios o territorios, con tendencia a siglas contrarias, precisamente por el poder de su Marca Personal.
El partido político no nos propone porque no tenemos Marca, pero a la vez no nos facilita crear nuestra Marca; ahí está tu toma de conciencia para enfocarte en ambas direcciones y equilibrar tus intereses por encima de terceros. Si inviertes en ti, ganas poder orgánico; aunque no sean tus siglas las que se encarguen de ello. Ahí está el triunfo de Andalucía por ejemplo… Y si nos vamos fuera de España tenemos el ejemplo de Emmanuel Macron. Una visión externa y profesional hace mucho más que la inversión en vallas publicitarias (¡ay, tanta valla!). Penetrar en las almas es mucho más rentable que la percepción de una imagen. Salir de la estrategia clásica de campaña solo te lo puede aportar un profesional acreditado; creatividad, experiencia y visión. La visión es la suma del conocimiento y la capacidad para tomar perspectiva.
Son muchos los profesionales que tienen que estar presentes en el equipo de campaña; la creatividad de los buenos publicistas, la planificación económica de una buena y rentable administración de recursos; el conocimiento social y económico; el análisis del contexto y la capacidad para obtener el sentimiento real de la ciudadanía, para así provocar nuestra conexión hacia emociones ya existentes; la presencia de un profesional que sostenga al candidato y le aporte su apoyo para no decaer y llevar sus objetivos al éxito; quien se preocupe de su imagen pública y de su discurso; quienes crean en él o en ella para levantarlos y arroparlos en la larga travesía del desierto y la soledad que supone una campaña electoral.
Los asesores, profesionales y consultores de prestigio, amplios y multidisciplinares, te aportarán la victoria; esos equipos combinados, esa visión mercenaria y necesaria de los profesionales de altura que hoy están en tu campaña y mañana en otra; los que han dirigido campañas presidencialistas, los más municipalistas, esos que solo tienen como objetivo tu victoria, no el poder… Ahí están las certezas del ganador, con ese lema de campaña que me encanta: ¡Ganemos Juntos!
Y es que, como decía Winston Churchill, “El precio de la grandeza es la responsabilidad”.
Maite F. Valderas
Psicóloga – Coach Político
Asesor etikpolitica.es