
23 Nov Liderazgo político y equilibrio personal
Mi trayectoria profesional en procesos selectivos, de valoración y de consejo para la Dirección Ejecutiva y Política, me han llevado a sentir muchísima cercanía con los seres humanos que están detrás de esos cargos públicos, sus confidencias y aperturas han hecho que mi corazón tenga una versión más pura de sus emociones y sentimientos. Desarrollando en mi mayor apego y deseo de contribuir a su éxito.
Algunos, con mayor determinación, dieron el paso de solicitar mis servicios y otros simplemente han acudido a mi con la disculpa de un café para contrastar, conversar o simplemente ser escuchado; que, cómo decimos, sentirse escuchados nos hace cambiar la dimensión del problema, en cantidad y calidad. Ese entorno confidencial y anónimo que lidera mi profesión de psicóloga.
Esta pequeña saga que inicio en mi Blog Personal sólo pretende acompañarte en ese café largo que tomes; ser sólo ese pizco de aire fresco que entre en tus días, aportándote dudas, otra visión o, simplemente, fortaleciendo la tuya o la de tu equipo.
Cuestionar o dudar es parte del proceso de crecimiento y de éxito.
Así que no tengas miedo a la duda o al cuestionamiento, hazte preguntas, que seguro te ayudarán en la toma de decisión.
¿Qué te parece iniciar estos cafés hablando de nuestro equilibrio?
Yo te diría, ¿y cómo vas de equilibrio emocional? Esa pregunta aparentemente ligera que conlleva un mundo gigantesco.
Dentro del liderazgo político hay tres ejes fundamentales de equilibrio que deben de ser nuestro objetivo o eje central: nuestro equilibrio personal, el profesional o de cargo público y el orgánico. Ese trío necesario de gestión por nuestra parte, y fijaros que no hablo de control sino de gestión… El control es una meta incierta y generadora de tensión, ansiedad y decisiones incómodas y quizás poco productivas.
Nuestra habilidad tiene que tender a la gestión adecuada de esas tres áreas sin necesidad de controlarlas. Porque se escapará de nuestro control esa constante anticipación.
El equilibrio personal es el resultado de la sensación de control satisfactorio de diferentes ámbitos. Y eso te lo produce la capacidad de gestionar situaciones diferentes con un resultado exitoso. Que te llevará a anticipar y favorecer, aún más, tu sensación de control.
¡Vamos a tu equilibrio personal para el desarrollo de tu liderazgo político!
La familia
Sé que no te gustará leerlo… La familia es parte de tu visibilidad y despliegue público; no la ocultes, ni te establezcas en un pensamiento o creencia limitante, de que puedes separarlo de tu imagen pública y éxito porque es una ola que te llega en un momento u otro.
Gestiónalo desde el acompañamiento, no desde el aislamiento. Seguro que se pueden establecer objetivos comunes, aunque sean mínimos e incorporarlos y que contribuyan a una imagen coherente de ti, más real y auténtica. Tu equilibrio personal necesita de un entorno en calma y de apoyo, de aceptación y de reformulación de objetivos comunes.
Cuando inicio un proyecto con un candidato o candidata, es fundamental esa conversación familiar o de encuentros. La familia y su estrategia de comunicación fortalecerá o minimizará tus valores. ¡Esa es tu decisión!
Diseña un Plan B
Y si esto no funciona o no llego al resultado óptimo para mi, ¿cuál será mi otra alternativa?
Construir un Plan B es liberador, es lo que te permite desarrollar tu proyecto político de forma libre, sin ataduras, dónde tus compromisos y calendario de acciones están enfocados a un objetivo auténtico. Y eso lo capta tu ciudadanía, la prensa y la sociedad en general. Tu nivel de duda se minimiza, y te sientes fuerte ante las amenazas o falta de certezas… Cuando tienes ataduras seguramente no eres consciente, pero tus decisiones inconscientes te harán tomar giros o acciones que pueden cambiar o desajustar el éxito de tu proyecto político.
Igual que ante una decisión, para tomarla acertadamente debes de analizar muy bien la segunda opción y así reduces la duda ineludible que se genera a medio plazo, si las cosas no salen bien. Aconsejo lo mismo con tus planes alternativos personales.
Diseña alternativas, contrástalas e incluso juega con ellas en paralelo a TU HOY; te hará disfrutar de tu momento y provocará una conexión real con tu ciudadanía, con tu gente.
Es ahí donde la familia puede jugar un papel decisivo…
¡No generalices y convive!
Analiza tus resultados por contextos, y convive con determinadas situaciones, aunque no sean cómodas.
No eres ni bueno, ni malo. Tu resultado va a depender de muchos factores. Desarrolla la capacidad para hacer análisis conscientes y parciales. Entrénala y seguro que te nutrirá para ampliar tu visión y analizar variables de forma aislada, que contribuirán a un mejor auto concepto. Incluso para favorecer la evaluación de tu equipo.
El secreto no está en sufrir y descartar, quizás está en desarrollar tu objetivo y en paralelo “ser capaz de aparcar los problemas” conviviendo con su existencia sin que rompa tus planes generales. Volvemos a la gestión y menos al control…
Un beso y continuamos …